CHICAGO - Sammy Sosa sabe de la vida después del béisbol, y tenía previsto comunicarse con Carlos Zambrano para recordarle que una vez te retiras, "es un juego totalmente diferente".
Sosa, de 42 años, jugó 18 temporadas en Grandes Ligas, incluyendo de 1992 al 2004 con los Cachorros. El dominicano dijo el miércoles que quería llamar al venezolano Zambrano, quien se encuentra en la lista de descalificados. El derecho permitió cinco jonrones en Atlanta el viernes, fue expulsado por tirarle pegado a Chipper Jones y luego se llevó sus pertenencias del clubhouse, diciendo que se iba a retirar.
El lunes, Zambrano cambió de parecer y dijo que quería seguir con los Cachorros, afirmando que sus comentarios se hicieron en "un momento de frustración". El equipo lo colocó en la lista de descalificados, algo que se usa cuando los jugadores violan los términos de su contrato o del acuerdo colectivo entre el sindicato de jugadores y Major League Baseball.
De su parte, Sosa también abandonó a los Cachorros antes de tiempo una vez. Fue el 3 de octubre del 2004, cuando el dominicano abandonó el estadio temprano y sin permiso. Fue multado por el equipo.
Sin embargo, Sosa no se retiró en ese momento. Fue cambiado a los Orioles por Mike Fontenot, Jerry Hairston Jr. y un jugador de liga menor. Sosa jugó una campaña con Baltimore y otra con Texas en el 2007 antes de retirarse definitivamente.
Ahora vive entre Miami y la República Dominicana, y dice haberse preparado para la vida después del béisbol. El último juego del quisqueyano fue el 29 de septiembre del 2007 y terminó con 609 jonrones de por vida.
"Los peloteros creen que cuando firman un contrato, todo es fácil", dijo Sosa el miércoles. "Cuando te retiras y tratas de hacer algo fuera del béisbol, no es fácil. Es difícil. Cuando crees que todo va a ser igual y tan fácil como cuando jugaste béisbol, ya no es así. Quiero asegurarme de que (los jugadores) entiendan eso. Quiero hablar con muchos peloteros. Quiero decirles que ahorren su dinero.
"Veo a muchos jugadores ganarse todo su dinero en el béisbol y cuando se retiran es un lío", continuó. "Se rodean de algunas personas malas. Hay tanta gente mala ahí esperando conseguir su dinero.
"Esa reacción (del viernes) le costó (a Zambrano) US$3 millones", dijo Sosa. "Tal vez no los necesite ahora, pero después sí. Es dinero por el que ha trabajado duro toda su vida."
Sosa tiene otros negocios ahora, incluyendo empresas petroleras y viviendas. También opera una academia de béisbol en San Pedro de Macorís, de la que los Cachorros han firmado a dos prospectos, el segunda base Jeffry Puente y el jardinero Randher Valdez. Ambos juegan en la Dominican Summer Leauge con la organización de Chicago.
El ex toletero está bien ilusionado con un sobrino que juega en los jardines, del que Sosa afirma que tiene "más potencial del que tenía yo."
"Corre mucho-es increíble", dijo Sosa acerca del hijo de su hermano. "Qué talento. Otro Sosa."
Está por verse si el joven tiene el potencial de conectar 60 cuadrangulares o ganar un premio al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, cosas que logró su tío. El prospecto tiene apenas 16 años de edad.
Mientras tanto, Sosa será una especie de mentor para su sobrino, algo que tratará de hacer también con Zambrano y otros que ponderan dejar el juego.
"Todos mis amigos se retiran y si no cuidaron su dinero, vuelven como coach" dijo Sosa. "Me parece que si no saben hacer otra cosa, se convierten en coach. Tienen un plan para su futuro y una carrera después del béisbol.
"Cuando te retiras, es un juego diferente."